Lavazza es el café preferido de los europeos, lidera el mercado italiano con el 48% de la ventas, opera en más de 80 países y el 2006 vendió 930 millones de euros, razones suficientes como para que sus dueños, Emilio y Alberto Lavazza, pidieran un estudio al departamento tecnológico de su empresa que permitiera que el café que se sirva en Milán, por ejemplo, sea exactamente igual al que se ofrezca en cualquier ciudad del mundo: aromático, cremoso y aterciopelado.
Nació así Lavazza BLUE (Best Lavazza Ultimate Espresso), un sistema automático de preparación de café con cápsulas selladas al vacío que se venden con una cafetera especialmente diseñada que se entrega en comodato o venta a los compradores. De esta forma, no existe el riesgo de que quien sirva el café se equivoque en la dosis o en la forma de prepararlo: siempre se tomará el café Lavazza a la manera italiana.
Pininfarina -creadores de los modelos más importantes de Rolls Royce, Ferrari, Jaguar y Maserati- fue la marca seleccionada para diseñar la cafetera. La elección fue tan exitosa, que la cafetera pasó a ser objeto de culto: desde el año pasado se exhibe en la muestra itinerante de diseño italiano Piemonte Torino Design que ha recorrido Corea, Brasil, Italia e India y que llegó a Chile a través del Museo de Arte Contemporáneo de Quinta Normal.
A Chile han llegado distintos sabores y mezclas, incluido el café descafeinado. Además se ofrece té negro, té con limón, té verde, sopas y hierbas.